jueves, 12 de agosto de 2010

Deseos y sandeces para un cerebro



Quiero callarte, necesito y quiero callarte.

Tapiarte la boca con maderas cruzadas y que los clavos te penetren por el labio y te hagan estallar los dientes, y que se claven en tu lengua como cristales, para después ajusticiar al paladar y hacerle un primer camino.

Por que hablas!, hablas!, hablas!, hablaas!…hablas?

Si hablas, pero tu lenguaje molesta, perturba, y aburre, no te das cuenta como aburrís?, como estructuras cada impulso en un exacto sistema binario, opuesto, consecutivo?

Tantas personalidades hechas un bollo y abandonadas cerca del cesto de basura, aplastándose una contra otra sin piedad, si total todas son las mismas, desechadas por el apriete mismo de las mas contaminadas de mundo, de superficie, de televisión, de vos contaminado.

Y tu halo de gusto a mierda se arrastra, manchando los pies de la gente que acarrea con bolsas de Lavarap, y huele a lavanda procesada e intencionalmente vertida sobre las prendas que van dentro de la bolsa que huele también a lavanda, por el círculo mismo de contagio.

Y sigue la arañita tejiendo, un poco con mierda y otro con lavanda…

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